Filadelfia 1974: el Watergate en vivo y directo!

Ford tuvo que hacerle el quite al cuestionado Nixon, el 9 de agosto de 1974.
Existen casualidades que terminan marcándole la vida a la gente. Pongamos que usted es un niño de nueve años, que llega por primera vez a los Estados Unidos de Norteamérica (Ojo, no para conocer a Mickey Mouse en Disneylandia, sino que acompaña a su madre y hermanos a la histórica Filadelfia, aunque con las ganas de que la cosa fuera en Orlando o California). Llega a la casa de uno de sus tíos más queridos, abre la puerta del diminuto apartamento, para encontrarse con la TV a color y la historia grande del periodismo, de golpe y porrazo.
"¡Carajo, cállense todos un momento, por favor!", pedía un jovencísimo estudiante del postgrado de Cardiología en Hahneman Hospital, a los seis niños que brincaban por toda la casa, loquitos de la alegría por el reencuentro.  
Ese mismo médico haría de Puerto Cabello y Valencia sus centros de operaciones, en pro del conocimiento, de la ciencia, en el inacabable camino por salvar vidas: Antonio Delgado Almeida.
Para quienes aún no han caído en cuenta, ese muchacho de nueve años era yo, que en agosto de 1974 vi mi primera TV a colores (a Venezuela ese sistema llegaría seis años más tarde), además de la caída del primer presidente por una investigación periodística y la fortísima presión de la opinión pública.

Al final, el periodismo ganó una de sus batallas más duras y gloriosas: Nixon renuncia.

Ese hombre se llamaba Richard Nixon (1913 - 1994, trigésimo séptimo presidente de EEUU), el mismo que se vio forzado a entregar el poder el viernes 9 de agosto de 1974, por sus implicaciones directas en la operación de espionaje ilegal a la convención del Partido Demócrata, celebrada en junio de 1972, de la cual se cumplirán 40 años, y que en su momento desató una tormenta política, la misma que comenzó en el lujoso complejo hotelero llamado Watergate.
Yo no tenía ni idea de lo que sucedía: la toma de posesión de Gerald Ford era el punto final a una gestión que quedó marcada por la corrupción y la mentira. "Les fallé a mi familia, a mis amigos y a los ciudadanos de mi país, en especial a la juventud", sostuvo tiempo después un avergonzado Nixon, en entrevista exclusiva concedida al presentador David Frost en 1977.
Varias generaciones de periodistas quedaron marcadas para siempre con la gesta emprendida por los reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein, bajo la sabia conducción del jefe de redacción Ben Bradlee y la editora Kate Graham desde las páginas del Washington Post.
Los chamos Woodward y Berstein y sus editores estremecieron al sistema político estadounidense

Muchas, pero muchísimas cosas, especialmente libros, se han sucedido desde esos remotos tiempos, a este convulso inicio del siglo XXI. Uno de los secretos mejor guardados por la estelar dupla, la identidad de su principal fuente, "Garganta profunda", se develó hace siete años a pedido del propio involucrado. El ex directivo del FBI, Mark Felt (1913 - 2008), fue quien orientó a los redactores, hacia el umbral de la encochinada Oficina Oval regentada por RN. "Síganle la pista al dinero" era su recomendación principal.
"La gente y la verdad siempre han de estar por delante en una investigación periodística, bien sea en nuestros tiempos, o en el periodismo digital", comentaron los investigadores en un conversatorio con estudiantes universitarios, que les vieron como a unos abuelitos. En sus buenos tiempos, la aureola de fama les llevó a ser interpretados en el cine por los inmortales  Dustin Hoffman y Robert Redford.
Y valgan todas estas líneas para rememorar aquel viaje por Nueva York, Washington y Filadelfia, toditos apretados en el carrito de aquel estudiante de postgrado de medicina, quien siempre ha estado presente en la buena y en la mala, para brindar el apoyo necesario y el afectuoso consuelo cuando todo parece caerse a pedazos.

Dr Antonio Delgado Almeida, cardiólogo e investigador.


 

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