"Sin un buen arbitraje, el baloncesto no tendrá desarrollo"
Es un hombre de las cuatro rayas. Foto FP |
"Se trabaja en una forma muy disociada. La Federación por un lado, la Liga por el otro. Es el eterno problema que ha existido, por detentar el Poder. Al comienzo de la Liga Especial, se trabajó con tres jueces y vinieron árbitros de la NBA para dictar cursos en Valencia. Se sacó provecho de esa oportunidad, pero por cuestiones de costos, se regresó a la dupla tradicional. Ahora es obligatorio por Fiba, la presencia del trío de oficiales. Eso es un clavo pasado. No puede haber una competencia si no hay esa cantidad en cancha".
Cuando le preguntamos si el gusanillo por volver le aborda, de vez en cuando, Gómez sostiene "claro que sí hay nostalgia de las cuatro rayas: yo quisiera estar allí. Hubo factores que me alejaron de la cancha. No fue mi intención ni mi deseo. LPB me llamó el año pasado y estoy en dualidad de funciones, como comisión técnica y comisionado de campo. El sentir de los árbitros está vinclado a una vocación indoblegable: probidad, integridad, ética profesional, ganas de hacer un gran trabajo distinguen a nuestros oficiales. Si no hay un buen arbitraje, no habrá un buen desarrollo del baloncesto. Es muy difícil estar en las cuatro rayas, ya que hay que tomar decisiones en décimas de segundo. El público siempre será la espada de Damocles sobre su desempeño. Si el equipo de casa gana, es porque los jugadores fueron muy buenos. Pero si pierde, entonces fue la injerencia arbitral".
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