El día que "Chipi" quiso ser como "Kid" Pambelé

El día que el boxeador Ender Curvelo Avila, mi amigo "Chipi", conoció a Antonio Cervantes "Kid Pampelé", el carajito caraqueño le dijo al mítico negrón colombiano que quería ser como él: campeón mundial, con el billete parejo, un Mercedes Benz a la puerta del gimnasio de La Cañada en el 23 de Enero y un pucho de catirotas enormes y listas para complacerle, a la distancia de un chasquido de sus dedos.
Ya habían pasado los tiempos aquellos, los malos, en que Pampelé había sido suspendido por apostar EN SU CONTRA en una refriega y la Federación Colombiana de Boxeo decidiera vetarle de su país. 
Venezuela y en especial Caracas relanzaron para siempre la gloria del malogrado fajador, hoy venido a menos luego de kilómetros de rumbas, trasnochos y enormes rayas de cocaína.
"Quiéres ser como yo? Pues entrena!" le contestó Pambelé a "Chipi", uno de los chamitos, flaquiiiitos, que se la pasaba tirando coñazos para ganarse un puesto en la selección del Distrito Federal, bajo cuya bandera disputó el centenar de peleas. 
Y saben qué? Terminó I-N-V-I-C-T-O. Se dice fácil, pero gente que se ha puesto los guantes, que ha dado y también recibido con el gran Vicente Correale , sabe de lo que estoy hablando. Si Rafito Cedeño le hubiese alentado, quizás la victoria aficionada contra el "Terrible" Pérez se hubiese reeditado en el profesional.
Vecino de La Trilla, a Ender lo conocí como chofer de la muy particular flota al servicio de la redacción de la Cadena. Entre la bulla de sus compañeros, su carácter callado y hasta solitario lo destacaba del resto. 
Pocas eran las veces en que se le escuchaba la voz: tan solo quizás en los torneos de domino, para cantar un trancado o ganar la partida, junto a su compadre Antonio.
Si hubiera sabido que él fue boxeador, antes de ser chofer, amantísimo dueño de su perro Bongo y muchísimo antes de enamorarse de la fotografía, cuántas cosas le hubiese preguntado. Pero la vida tuvo el detalle de darle una patada demoledora en diciembre, mientras cubría una pauta para Ciudad Caracas como parrillero de una moto. Hoy lo llevamos a enterrar. Nos vemos en el otro barrio hermano.   

El colombiano y el caraqueño hermanados por la fotografía

















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