El Público de García Lorca según la gente del TET

Talentos consolidados y emergentes van a estremecerle
La primera vez que oí la mención al "Valle de los caídos", se la escuché a Don Pedro, un viejo roble que llegó de las Islas Canarias hace más de 50 años y que en Venezuela formó una hermosa familia con su inseparable Maruja. 
Antifranquista declarado me contó que fue a visitar la tumba del Generalísimo "por la gracia de Dios", Francisco Franco, y se dio el gustazo de escupir la sepultura de un militar que le cambió (o desfiguró) la vida a mucha gente.
La noche del miércoles atendí a la invitación que me formularon para ver el Ensayo General para la prensa de "El Público", obra del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 5 de junio de 1898 – entre Víznar y Alfacar, ibídem, 19 de agosto de 1936).
No pude evitar recordar la primera vez que pisé una sala, por mis propios pies. Fue en una retrospectiva de Rajatabla en 1982, en el Ateneo de Caracas, mucho antes de su forzoza mudanza de Los Caobos. Fueron noches de felicidad y alegría, que desde entonces, me hicieron parte de ese grupo de hombres y mujeres del público. Para siempre.
La propuesta de los jóvenes talentos del Taller Experimental de Teatro (TET), dirigida por Guillermo "Yuma" Díaz y Angel Ordaz, no me defrudó: se mantiene fiel a la bestial fuerza de los textos del poeta y la intensidad en cada uno de los cinco cuadros, estremeció a todos los que fuimos cuestionados como público.
Porque de eso se trata: se cuestionar, de denunciar, de que todas y cada de las máscaras caigan para siempre, mucho mas si de honestidad y sentimientos se trata, en tiempos donde el miedo y el disimulo marcan la cotidianidad planetaria.
La temporada de "El Público" será entre el 12 y el 28 de octubre, en el venerable teatro Luis Peraza de Valle Abajo. Quienes asistan los días viernes y sábado a las 7 pm y los domingos a las 6 pm, van a confirmar lo que aquí decimos y quizás hasta nos quedamos cortos. 
En sus 40 años de estoicismo y limitaciones presupuestarias, con sus aciertos y errores, el TET confirma su espacio en el mundo teatral venezolano con este excepcional montaje. La colaboración es 50 Bs F. Seguro que el viejo Pedro, dondequiera que esté, se va a carcajear de gusto al ver cómo estos jóvenes, una vez más, rescatan al gran Federico, y lo devuelven a la vida.

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