Señores internautas: un toque de distinción y clase por favor

Por Fernando Peñalver
@rebotero


Esta mañana, mientras veía la transmisión vía Periscope que hizo mi colega Mildred Manrique (@milmanrique) de las sesiones correspondientes al jueves 14 de enero en la Asamblea Nacional, leía los comentarios de muchos internautas que, de muy mala manera, “exigían” a la periodista mejorar la transmisión.

“No se escucha bien”, “te tiembla la mano”, “un poquito más cerca” entre otras lindezas eran los airados reclamos de estos señores y señoras, que desde la comodidad de su hogar y sin pagar un centavo, le proferían a la comunicadora.

Señores Internautas: un poquito de educación no les vendría para nada mal. Voy a compartir con ustedes, lo que tiene que hacer un periodista hoy por hoy, para llevarles esa transmisión y terminar llevando “leña pareja” por parte de ustedes.


Primero que nada, debe estar súper temprano (muchas veces sin desayunar) en la Asamblea. Luego, pasar la lluvia de tomates y huevos que lanzan seguidores del oficialismo. Ah, también prodigan tumbarranchos, en eso que ellos suelen llaman la tormenta de las ideas. Por cierto, ¿quién paga todo eso tan escaso y tan caro en estos tiempos?

Superar los cordones de la policía y la Guardia Nacional es otro parto de los montes: los funcionarios siempre tan prestos a obstaculizar la labor de los comunicadores, nos ven como a encarnizados enemigos.


Luego hay que buscar un sitio, en un balcón de la prensa que está muy concurrido, después de que la amplitud y la transparencia llegaran a la AN, de la mano de la fracción parlamentaria de la Unidad Democrática.

Para nadie es que un secreto, y eso lo padecemos todos los días, que el internet de Venezuela es caro, malo y más lento que el caballo del Sargento García.


Señores Internautas: mientras ustedes están en la comodidad de su hogar, a buen resguardo, los periodistas tenemos que lidiar con el hambre, con otros colegas que también desean informar y los “amorosos colectivos” que nos estarán esperando fuera del Palacio Federal Legislativo, para darnos una ración de “caricias del hombre nuevo”: a garrotazo limpio, con el robo de equipos, insustituibles en nuestra depauperada economía.

Por estas y por muchísimas razones, más que pedirles, les exijo un poquito de buena educación, clase y distinción a la hora de criticar el trabajo que, a contracorriente y muchas veces mal pagado, llevan a cabo mis colegas en la AN.


Por nada.

PD: casi se me olvidaba dedicarle unas líneas a los guardaespaldas de los diputados del oficialismo, últimamente dedicados a fotografiar a los reporteros que se atrevan a preguntar sobre unos ciertos buenos muchachos, presos ellos injustamente en Nueva York…

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