¡Chao Pape! Homenaje a Oswaldo "Papelón" Borges, amigo y deportista
Por Fernando Peñalver
@rebotero
Cuando yo conocí a Oswaldo “Papelón” Borges, a mediados de los
años ochenta del SXX, era el fan número uno del tenis de mesa en Venezuela y me
atrevería a decir que del planeta entero.
Coincidimos en el diario Meridiano, ya que ambos éramos
columnistas. El en su muy leída “Papelón y voleibol” y yo con mi querida “Rebotero”,
que en abril de 2016 llega a 30 años.
Ya no era el todopoderoso presidente del IND, ya no era el
presidente de una iniciativa que buscaba oponerse al Movimiento Olímpico vía
organismos deportivos oficiales.
En el poder y fuera de este, siempre fue un tipo llanote,
cordial, un declarante de primera línea a la hora en que muchos se le escondían
a la prensa deportiva. Un señor dirigente.
Y es que el popular “Papelón”, lo más parecido a los atletas
del Black Power en Caracas, se realizó en todas sus facetas: como atleta, como
dirigente y como ciudadano.
Si bien los Juegos Panamericanos fueron un dechado de luces y
también de corrupción, su nombre jamás se vio salpicado por escándalo alguno,
al punto de llegar a ser integrante del salón de la Fama en 1998.
“Épale Fernandito”, era siempre su saludo fraterno. Lo vamos a
extrañar. Y mucho.
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