Bienvenido 2014, jamás nos alcanzará la desesperación!!!

Cuando escribo estas líneas, anochece el 30 de diciembre de 2013 en Caracas. Hace un poco de frío, hay una balumba de gente caminando como hormiguitas cerca de mi ventana y me provocó escribir un poco. Inevitablemente, este día es para hacer algún tipo de balance.

2013? La verdad que volver al mercado de trabajo, y con "El Universal" de Caracas, fue una experiencia estimulante. No sólo por el hecho de tener un "quince y último".

Lo más importante fue aprender, fue incorporarme a trabajar como si fuera un novato, en este negocio para el que cuento un poco más de un cuarto de siglo, metido hasta los tuétanos. Y sin ganas de salirme!!!

Fue reencontrarme con un gremio periodístico "distinto" (o el distinto soy yo?), en el que la reflexión es moneda poco corriente, donde se hace un culto a la inmediatez, que se traduce en 140 caracteres, la mayoría de las veces muy mal escritos. Los grupitos de poder siguen afilando los cuchillos, cuándo no, para atacar por detrás...

2013 me permitió volver al tabloncillo del básquet, para descubrir que la bestia negra de la violencia "goza de buena salud".

2013 me permitió volver a la piscina, para conocer a una generación de muchachos talentosísimos, que desde el Suramericano de Valparaíso en Chile, le están dando alegrías al deporte nacional.

2013 fue el año donde ensanché mis amistades: sucedió junto a mi entrañable Polifónico Rafael Suárez y la maestra María Colón de Cabrera, así como con choferes y especialmente una fauna muy rara, poco comprendida, pero de la que hay que aprender mucho: los fotorreporteros.

2013 fue la confirmación de que la impunidad marca el juego en el país, que la indignación puede asaltarnos en cada segundo, pero que la persistencia en la lucha por un país mejor es una energía muy poderosa que no debemos dejar perder, ni siquiera en los momentos más oscuros.

Sea como sea, encomendándonos a Jesús Nazareno, vamos con la frente en alto al 2014, tiempo de retos, de definiciones, donde muchas máscaras van a rodar, donde menos lo esperamos. No hay que perder la capacidad de asombro. 

En todo caso, y parafraseando al escritor colombiano Jairo Aníbal Niño en su hermoso cuento el "Caracol veloz":

Fuimos tan veloces, tan rápidos, que nunca nos alcanzó la desesperación!!!!

Feliz año nuevo 2014 mi gente, Dios bendiga a Venezuela

Fernando Peñalver

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