A propósito de los 70 años del Círculo de Periodistas Deportivos...

Hay instituciones que uno quiere tanto, que verlas desfasadas en el tiempo, ancladas en una especie de limbo pastoso, constituye un dolor personal muy fuerte.

Tal es el caso del Círculo de Periodistas Deportivos (CPD), institución fundada en 1943 por un grupo de quijotes y soñadores. 

Que el CPD esté cumpliendo la frijolera de 70 años, debería concitar a una enorme fuerza gremial, no sólo por la natural alegría que un aniversario como este supone.

También debería reunirnos en torno a dónde va el periodismo deportivo en Venezuela. Pero nada de esto ha pasado.

Más allá de las ofrendas flores y copas conmemorativas, aún tengo fresco en la memoria el regaño artero y desporporcionado que el profesor Lino Alonso, integrante de la selección nacional de fútbol, se permitió hacerle a mis colegas de la fuente en Cachamay. 

Alonso encarnó la falta de respeto cotidiana en la que, lamentablemente, vivimos los periodistas que sólo pretendemos realzar los logros de los atletas. Y es que así quedaron esos colegas: aterrados porque se les "cierra" la fuente, paralizados porque no les dan la credencial para los Juegos, calladitos escribiendo con letra bonita lo que dice el capo de turno en el poder.

Frente a este o otros desmanes, la respuesta del CPD ha sido invariable. Silencio. Un rotundo y absoluto silencio. Salvo las ocasiones tradicionales donde se requiere el voto de sus cada vez más escasos agremiados, el CPD perdió hace tiempo influencia y notoriedad.

¿Cuál será el futuro de la institución? No lo sé, pareciera que a pocos importa. Mi regalo personalísimo para la añeja y querida institución gremial, además de un proceso de renovación de autoridades, es su actualización con los tiempos que corren. Duele verlo asi, tan postrado, tan callado, tan poca cosa...

PD: en todo este adverso panorama, la noticia de la reactivación del Premio Nacional de Periodismo Deportivo no deja de ser un bálsamo esperanzador.